Entrevistas

MARTA MACHO-STADLER

  1. Bre­ve des­crip­ción de ti misma

Soy Mar­ta Macho-Stad­ler. Mi área es “Geo­me­tría y Topo­lo­gía”. Soy pro­fe­so­ra Agre­ga­da de la Uni­ver­si­dad del País Vas­co (UPV-EHU). Soy Dra. en Mate­má­ti­cas por la Uni­ver­si­té Clau­de Ber­nard de Lyon (Fran­cia). Soy la edi­to­ra del blog “Muje­res con cien­cia” de la Cáte­dra de Cul­tu­ra Cien­tí­fi­ca de la UPV-EHU.

  1. ¿En qué estás tra­ba­jan­do actualmente?

Lo que lle­na la mayor par­te de mi día a día son mis cla­ses, la edi­ción del blog “Muje­res con cien­cia”, la pre­pa­ra­ción de con­fe­ren­cias y, ade­más, estoy pre­pa­ran­do dos libros rela­cio­na­dos con las mate­má­ti­cas, aun­que des­de pun­tos de vis­ta muy diferentes.

  1. El “Sín­dro­me del Impos­tor” des­cri­be cómo muje­res con éxi­to en sus carre­ras son inca­pa­ces de reco­no­cer sus logros, a pesar de que haya evi­den­cia obje­ti­va de su éxi­to. Esto se pue­de deber a dife­ren­tes moti­vos como la fal­ta de refe­ren­tes feme­ni­nos o la fal­ta de expec­ta­ti­vas que tie­ne la socie­dad sobre la mujer. ¿Algu­na vez te has encon­tra­do con este fenó­meno?, ¿Te ha afec­ta­do per­so­nal­men­te? Y ¿qué pode­mos hacer para abordarlo?

El sín­dro­me del impos­tor lo pue­de sufrir cual­quie­ra, aun­que sobre todo lo sufren las muje­res. Creo que el 99 % de las muje­res hemos sen­ti­do este sín­dro­me en dife­ren­tes de oca­sio­nes. ¿Qué hacer? Es impor­tan­te cono­cer­lo y reco­no­cer que somos víc­ti­mas de él… a par­tir de allí refle­xio­nar e inten­tar afian­zar nues­tra con­fian­za y la de nues­tras compañeras.

π. ¿Qué dife­ren­cias encuen­tras en la idea de las muje­res en mate­má­ti­cas / el reco­no­ci­mien­to o las inves­ti­ga­cio­nes de las muje­res en mate­má­ti­cas entre cuan­do empe­zas­te tu carre­ra y la actualidad?

Han pasa­do muchos años y las cosas han mejo­ra­do. La dife­ren­cia fun­da­men­tal es que aho­ra se habla del tema lo que per­mi­te ser cons­cien­tes de los muchos ses­gos que exis­ten. Ese es el pri­mer paso para poder ven­cer las desigualdades.

  1. ¿Crees que den­tro del sis­te­ma edu­ca­ti­vo hay mode­los sufi­cien­tes para las niñas?

No, ni en el edu­ca­ti­vo, ni en el espa­cio públi­co. De cual­quier mane­ra, entien­do que tam­bién los niños deben tener refe­ren­tes de muje­res a las que que­rer pare­cer­se. El tema de los mode­los no solo afec­ta a las niñas. Es impor­tan­te que en los libros de tex­to y en las mate­rias que se impar­ten y eva­lúan haya refe­ren­cia explí­ci­ta a las apor­ta­cio­nes de las muje­res en esos ámbi­tos. Hay que recu­pe­rar la auto­ría feme­ni­na en todos los cam­pos del saber. La ha habi­do, y abun­dan­te, en todos ellos.

  1. ¿Qué refe­ren­cias has teni­do en tu carre­ra como matemática?

En reali­dad, antes de empe­zar, nin­gu­na. El entorno fami­liar me lle­vó a decan­tar­me por la cien­cia, en par­ti­cu­lar por las mate­má­ti­cas. Una vez comen­za­dos los estu­dios y la eta­pa de inves­ti­ga­ción, sin nin­gu­na duda, mi gran refe­ren­te ha sido Georg Can­tor (muy pre­sen­te en mi inves­ti­ga­ción), por sus mate­má­ti­cas revo­lu­cio­na­rias y su his­to­ria vital.

  1. Una mate­má­ti­ca actual que te inspire.

Karen Kes­ku­lla Uhlen­beck, una mujer humil­de, una extra­or­di­na­ria mate­má­ti­ca, que ha sido capaz de hablar de las muchas difi­cul­ta­des que ha teni­do por ser mujer en el mun­do aca­dé­mi­co en el momen­to de reci­bir el Pre­mio Abel.

  1. En el gra­do de Mate­má­ti­cas los alum­nos se dis­tri­bu­yen de mane­ra más o menos homo­gé­nea entre hom­bres y muje­res, pero la pro­por­ción de muje­res baja sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te en el momen­to de ini­ciar un más­ter o un doc­to­ra­do. ¿A qué crees que se debe esta dife­ren­cia? Y ¿Qué pode­mos hacer ante esta situación?

En par­te a ese “sín­dro­me de la impos­to­ra” del que hablá­ba­mos antes. Qui­zás pien­sen en muchos casos que no van a ser capa­ces de rea­li­zar un tra­ba­jo de inves­ti­ga­ción. Hay que edu­car, edu­car, edu­car… y hablar de todos estos este­reo­ti­pos que tene­mos para inten­tar disi­par estas nefas­tas inseguridades.

  1. Las madres aban­do­nan la carre­ra inves­ti­ga­do­ra con más fre­cuen­cia que los padres, según las esta­dís­ti­cas. ¿Crees que es difí­cil com­pa­ti­bi­li­zar la mater­ni­dad con la inves­ti­ga­ción? ¿Cómo lo haces tú? ¿Qué crees que pue­de ayu­dar a que la inves­ti­ga­ción sea más com­pa­ti­ble con la maternidad?

No soy madre. Pero el tema de las res­pon­sa­bi­li­da­des fami­lia­res no se limi­ta a la mater­ni­dad. Exis­ten tam­bién los cui­da­dos a per­so­nas depen­dien­tes… y esos los rea­li­za­mos las muje­res en la mayo­ría de los casos. Es cier­to que pro­ba­ble­men­te no suce­de en el prin­ci­pio de la carre­ra inves­ti­ga­do­ra, pero afec­ta a la mayo­ría de las muje­res en algún momen­to de sus vidas.

  1. ¿Crees que tu géne­ro pue­de hacer más o menos difí­cil tu reco­rri­do en el mun­do de la inves­ti­ga­ción o de la ciencia?

Sí, en par­te creo que lo ha hecho, en mi caso en mi épo­ca doc­to­ral fun­da­men­tal­men­te. Y tam­bién en casi todos los aspec­tos de la vida, en el día a día.

  1. ¿Qué con­se­jo le darías a las niñas y ado­les­cen­tes que sien­ten pasión por las matemáticas?

Que inten­ten no aban­do­nar esa pasión. Que no hace fal­ta ser per­fec­tas, no hace fal­ta tener las mejo­res notas. La vida se com­po­ne de éxi­tos y fra­ca­sos, y se apren­de mucho más de los fra­ca­sos que de los éxi­tos. Que no teman equi­vo­car­se, que no se ami­la­nen ante los erro­res. Que se esfuer­cen y dis­fru­ten del camino con lo bueno y lo malo que conlleva.

  1. ¿Una difi­cul­tad con la que no espe­ra­bas encon­trar­te en tu carrera?

El com­pro­bar que no enca­jo en muchos foros por mi mane­ra de ver la carre­ra docen­te e inves­ti­ga­do­ra. No me sien­to cómo­da en ambien­tes com­pe­ti­ti­vos, que abun­dan en el queha­cer cien­tí­fi­co. Y eso, por supues­to, me ha pro­vo­ca­do conflictos.

  1. ¿Por qué crees que son impor­tan­tes los días de las muje­res en la ciencia?

Lo impor­tan­te para mí es el día a día, el acti­vis­mo dia­rio para con­se­guir la igual­dad real entre hom­bres y muje­res. Los “días de…” son un alta­voz, a los que muchas per­so­nas se unen a veces sin con­vic­ción, y eso (en mi opi­nión) dis­tor­sio­na el men­sa­je. De cual­quier mane­ra, son una herra­mien­ta de rei­vin­di­ca­ción, por supuesto.