Maryam, matemática iraní nació un 3 de mayo de 1977. Profesora en la Universidad de Stanford (EE. UU.). En 2014 fue galardonada con la Medalla Fields, siendo la primera mujer en recibir este premio. Destacó por sus importantes aportaciones en el estudio de los espacios de Moduli de las superficies de Riemann. Todo ello está relacionado con la geometría y los sistemas dinámicos.
Se graduó en Matemáticas en 1999 en la Universidad de Tecnología Sharif de Teherán. Desarrolló su carrera en los campos del espacio de Teichmüller, la geometría hiperbólica, la teoría ergódica (aquella que principalmente estudia el comportamiento promedio de los sistemas dinámicos a largo plazo) y la geometría simpléctica (referida al estudio de las variedades que se presentan naturalmente en la formulación hamiltoniana de la mecánica clásica). Su trabajo en superficies de Riemann y sus modelos espaciales conectan varias disciplinas matemáticas (topología, dinámica…). Todos estos avances facilitaron la comprensión de la simetría en superficies curvas.
Una trayectoria dorada
En 2009 ganó el Premio Blumenthal de la American Mathematical Society. En 2013, el Ruth Lyttle Satter, destinado a galardonar el trabajo de las mujeres en ciencia. Su estudio conjunto sobre un problema referido a la trayectoria de las bolas de billar en una mesa poligonal asombró al mundo. Meses después, recibió la Medalla Fields por sus avances en las superficies de Riemann y los espacios de Moduli. Se convirtió así en la primera mujer en lograr la máxima distinción en el mundo de las matemáticas.
Sus contribuciones, abren puertas tanto al estudio de los números primos y la criptografía como a la resolución de las incógnitas que rodean el estudio de los orígenes del universo. Maryam quería ser un ejemplo para el resto de mujeres científicas. Eso lo vemos reflejado en las palabras que dijo respecto a la medalla Fields:
Pero lo que más me alentó a recibirlos fue que, de alguna manera, esto puede animar a las mujeres científicas y matemáticas jóvenes. Estoy segura de que habrá muchas más que ganen este tipo de premios en los próximos años.
La lucha contra el cáncer
Se le diagnosticó cáncer de mama en 2013, lo que le impidió participar en el Congreso Internacional de Matemáticos de Seúl en el que recibió la medalla Fields. Tras años de lucha y varias recaídas, falleció el 15 de julio de 2017, dejando atrás una carrera matemática corta pero llena de resultados importantes.
Lo que más llama la atención de esta matemática es su tenacidad y perseverancia: ella se veía a sí misma como una matemática lenta, y gracias a eso fue capaz de continuar por caminos que sus colegas ya habían abandonado. Fueron estas cualidades y su humildad las que hicieron que todo el mundo de las matemáticas lamentara tanto su muerte. En palabras del rector de la Universidad de Stanford, Marc Tessier-Lavigne:
Maryam se fue demasiado pronto, pero su legado permanecerá en las miles de mujeres a las que inspiró. Era una brillante teórica y también una persona humilde que aceptó honores solo en la esperanza de que podrían animar a otros a seguir su camino. Su contribución como académica y como modelo de motivación es significativa y duradera.